sábado, 7 de diciembre de 2013

ENTRENAMIENTO PSICOLOGICO Y PRÁCTICO

De nada sirve estar preparados y haber conseguido una técnica más o menos depurada si al competir no logramos "aislarnos" de cuanto nos rodea, tener una alta concentración y relajar nuestra masa muscular. Existen múltiples factores que perjudican nuestra puntería, y que requieren de ayuda física o psicológica para solventarse. Vamos a analizar alguno de ellos.




Estudios encefalograficos realizados durante el sueño han revelado que el trazado normal se altera bajo la acción de estímulos acústicos. Los ruidos excesivos actúan sobre nuestros centros nerviosos, tanto en sentido negativo o desagradable (el chirriar de unos frenos), como en sentido positivo (el movimiento de las olas del mar). Es por ello básico que el tirador logre mucho mas poder de concentración y aislamiento, por lo que se hace necesario el uso de auriculares especiales de tiro, o simples bolas de cera introducidas en los oídos.
Muchas personas padecen insomnio. Las perturbaciones del sueño en general son fatales para nuestro tiro, ya que el descanso es necesario para recobrar las energías consumidas por el organismo. Al respecto y a fin de no forzar nuestro cuerpo mas vale recordar que es mejor hacer muchas punterías para encontrar la buena posición, que tirar en mala postura, lo que no solo servirá de poco, sino que también creara unos vicios que luego son difíciles de eliminar.
Un signo palpable de que padece de neurosis o depresión del tirador es que cuando al cerrar los ojos, se ofrezca un leve temblor en los parpados, acompañado a menudo del de las manos, que se manifiesta sobre todo al separar los dedos.
Pero hay algo más: es muy fácil decir que la noche anterior al concurso dejemos a un lado los problemas cotidianos, las letras que tenemos sin pagar o el montón de papeles pendientes que nos aguardan en la mesa del despacho. Seguramente ganaría el que fuese capaz de olvidarse de todo, pero por desgracia no existen tiradores con nervios de acero:¿Quien nos libra de las enfermedades nuestras o de algún ser querido?. El mero hecho de la vida tan agitada que llevamos o las calamidades que nos rodean predisponen para llevar los nervios en tensión constante. Solamente ir de viaje a competir en avión o coche: ¿Quien no extraña la cama del hotel a la hora de acostarnos?.
Vemos que es imposible evitar la tensión emocional por mucho que queramos; ahora bien, la podemos mitigar.
PROXIMIDAD DE UNA COMPETICION
Sin duda, siempre hacemos más puntos en nuestros entrenamientos que en competición. Son muchos los factores que intervienen en los resultados: un entrenamiento insuficiente o mal dirigido; una mala preparación física y, sobre todo, una mala preparación psíquica para vencer al otro que llevamos dentro, y que se nos presenta con nervios, temblores involuntarios extrapiramidales e incluso taquicardias.
El simple hecho de estar compitiendo, o ir a hacerlo, predispone para poner los nervios a flor de piel en el momento en el que el árbitro da la voz de fuego. Es en ese preciso instante cuando a algunos tiradores se les descompone el vientre o les entra una sudoración excesiva, fuera de lo normal.
Al comenzar, debemos intentar calmarnos y disparar pensando que se trata de un blanco de prueba. El cambio que hacen de "blanco de prueba por el del concurso" es del mismo tamaño, está colocado a la misma altura y su zona máxima o diez posee igual diámetro. Nada ha cambiado, al menos teóricamente, porque sí hay algo que cambia y nos afecta: la tensión emo­cional que se apodera de nosotros, y que si no sabemos controlar a tiempo dará al traste con la tirada que vamos a efectuar.
Cuántas veces hemos observado a tiradores novatos, e inclusive a los mismos veteranos, que al mirar a través del telescopio para ver el impacto efectuado, lo han tirado al suelo y se han precipitado a disparar sin cargar de nuevo el arma. Para muchos el telescopio no es un clásico aparato que sirve para ver impactos y regular el arma, sino su peor enemigo, especialmente hablamos de personas muy sensibles.
Los malos perdedores achacan los fallos a cualquier cosa ajena con tal de justificarse. Nos preguntamos cómo vencer esto, pues bien, nada más sencillo. La fórmula mágica es practicar estudiando los mínimos detalles en cada una de las posiciones, y remachando, sobre todo lo que peor nos haya salido.
Practicar todos los días con una carabina de aire comprimido ayuda, ya que tiene mucha similitud, en cuanto forma y peso, con la "Standard". Se recomienda ir un mínimo de dos días por semana al campo de tiro, e ir apuntando en nuestro diario todo aquello que encontremos interesante y que pueda hacernos mejorar en nuestras puntuaciones. No olvidemos que este es un deporte de observación y de obtención de datos continuamente, tanto a nivel personal como siguiendo a compañeros, entrenadores o maestros.
Practicar con todo el equipo en casa es imprescindible. Hablamos de "El tiro en seco", es decir, en la misma posición que en el campo, con un blanco reducido en la pared, y disparando al vacío, observando con atención cómo reacciona el arma.
Todo tirador debe hacer un plan de estudio de sus posibilidades, del tiempo que le podemos dedicar al mismo, de la gimnasia que debemos hacer, y lo que es más importante, llevar una vida sana y ordenada en todos los aspectos.
En cuanto al entrenamiento, el sistema antiguo dio excelentes resultados: Tirar toda la semana una sola posición (pie o rodilla) a 100 disparos por día. A la semana siguiente igual, pero con distinta posición, y sólo una vez por semana, a veces dos, entrenar 100 tiros tendido.
El entrenamiento psicológico resulta ser una especie de autosugestión que sólo sur­te efectos cuando la preparación física fue muy buena e intensiva.
El tirador fuera del campo de tiro, con los ojos cerrados recostado en la cama y relajado, reconstruye la instalación del polígono donde va a competir y piensa en ello in­tensamente, suponiendo la carga del arma, una puntería, su repetición si hubiese lugar, y su disparo, que siempre es un diez visto claramente por su telescopio. Cuando al hacer una puntería el arma se mueve, el tirador piensa (y esto lo repetirá cuando realmente esté en competición), que la carabina está dejando de oscilar, que se está parando, que se ha pa­rado, que su disparo sale perfectamente con un suave movimiento del disparador, y que obtiene un nuevo diez. El resultado es asombroso, aún en tiros disparados en un mal con­trol.
En todo caso, si tras una tanda de buenos tiros se observa que el arma oscila y no se puede dominar, el método a emplear es el de la cuenta atrás que, según la oscilación, puede empezar en 25 ó en 5, contando "5, 4,3,2,1,0"; para apuntar de nuevo y lograr un buen tiro.
No deben hacerse disparos de ensayo, ni siquiera la intención de disparo, hasta hacer una tanda sólo de punterías con la que se consiga "soltar presión" , es decir, alejar el posible nerviosismo inicial y lograr nuestra mejor parada del arma. Controlar en cada tiro minuciosamente el movimiento del índice y su presión al disparar para que no se mueva el arma y se pueda decir, con toda seguridad, cuál es el tanto logrado.
Una causa suplementaria que nos produce efectos negativos, no ya solo en el terreno deportivo, sino en nuestro cuerpo y salud, es el tabaco y el alcohol. Tras muchos estudios médicos en todo el mundo sobre sus efectos en deportistas, se ha podido comprobar que el abuso del tabaco es superior al del alcohol. El tabaco multiplica los riesgos de desórdenes vasculares o cardíacos, así como es el causante de muchos de los casos de cáncer.
Si hiciésemos una encuesta entre deportistas, la mayoría diría que no les afecta el tabaco en sus tiros. Al revés, que incluso les sirve para calmar los nervios, y que dejarlo supondría una tensión y un mal humor que afectaría a sus puntuaciones.
Los daños que ocasiona el óxido de carbono encontrado en la sangre de un fumador son tremendos, y entre otras cosas, deterioran la percepción y la visión, tan valiosa en nuestro deporte. Según algunos estudios, estos daños aparecen a partir de una tasa de 3 al 5 %... El cigarri­llo además desprende un líquido incoloro, llamado nicotina, que se deposita en nuestra lengua. La combinación nicotina - óxido de carbono son un tema a estudiar en relación con el deporte.
El   O.N.S.E.R. (Organismo Nacional de Seguridad Vial Francés), ha emprendido hace años un estudio de carácter científico sobre los efectos del humo del tabaco en las tareas que requieren atención o concentración. Se han hecho pruebas con tiradores olímpicos que eran fumadores habituales, y cortarles el tabaco de forma tajante tuvo efectos desfavorables, ya que sus puntuaciones bajaron por acción de la ansiedad. Recomendable es, por ello, un abandono paulatino, que permita al cuerpo ir acostumbrándose a la ausencia del estimulante.

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