Se utilizan las tres posiciones clásicas del tiro
con armas largas: Tendido, de pie y de rodillas. El orden de la tirada en cuanto
a posiciones es necesariamente el descrito.
EL MOMENTO DEL DISPARO
La
partida del disparo de un arma larga hacia el blanco precisa
tres\r\nfases: mantener el arma inmóvil, apuntar y apretar el
disparador.\r\nEstas fases están estrechamente relacionadas entre si y
determinan la calidad del disparo. El tirador experimentado esta
perfectamente al corriente de estas cosas, pero demasiado
frecuentemente olvida la ejecución precisa, porque cree que ciertas
modificaciones individuales no tienen gran importancia en relación a la
estabilidad de su propia posición.
La experiencia de los
grandes campeones ha demostrado que a cada problema nacido de estas tres
fases corresponde una solución adecuada,\r\nuna que puede ser la mejor
o la menos buena. Cada uno de estos tres aspectos del tiro presenta
una serie de dificultades, pero los tiradores y entrenadores
experimentados los han superado\r\nfrecuentemente con medidas que
permiten al individuo el dar lo mejor de si mismo.
Mas ¿cuáles son
por consiguiente, estos problemas que rigen la salida del disparo y
cómo pueden ser resueltos?\r\nEl principio básico de la salida del
disparo reside en la inmovilidad del arma. Este es el factor
predominante para determinar el valor del\r\nimpacto. Lo mismo que una
armonía perfecta de la puntería y del\r\nmovimiento del disparador no
pueden reemplazar una mala posición del arma. La inmovilidad deseada
depende, en primer lugar, de la posición\r\ndel cuerpo.
La mayor
parte de los tiradores saben que asimismo un principiante podría
aprender en poco tiempo los elementos de una\r\ncorrecta posición, que
proporciona al cuerpo la posibilidad de mantener\r\nel arma
perfectamente inmóvil. Pero sólo un entrenamiento físico de\r\nlarga
duración con el arma permite efectivamente alcanzar este\r\npropósito.
Durante los ejercicios de inmovilidad, hay posibilidad de\r\nresolver
al mismo tiempo el problema de la posición de tiro y de la\r\nposición
del arma.\r\n
La posición de tiro no debe ser modificada. Para
sostener la\r\nestabilidad de una posición durante cierto tiempo, la
que debe ser\r\nrigurosamente mantenida para cada serie, una\r\nvez
comenzados los disparos de ensayo, las manos, los pies y el
cuerpo\r\ndeben quedar en el mismo sitio siempre los unos respectos a
los otros.\r\nLo ideal seria entonces, para obtener un resultado de
precisión, el\r\npoder mantener el arma siempre empuñada mientras dure
la tirada. Esto\r\npodría hacerse para una serie de 10 disparos, pero
no para la duración\r\nde una prueba de una competición de normas
internacionales, que\r\ncomprenden 40 disparos de concurso y 10 de
ensayo en cada posición.\r\nPor ello, una precisión insuficiente no
puede obtenerse mas que con un\r\nexceso de cuidado y de trabajo
dedicado a cada disparo, porque los\r\nperíodos de atención provocados
por el cambio de blancos, el viento,\r\nla fatiga física y los nervios
fuerzan al tirador a descansar su arma\r\ndespués de cada disparo.
Para
poder volver a tomar la misma posición\r\nde tiro, el concursante debe
desarrollar y cumplir una serie de\r\nmovimientos definidos, teniendo
cada uno un fin preciso y eficaz. La\r\nposición de descanso del arma
debe ser siempre la misma después de cada\r\ndisparo, que debe ser
apoyada sobre el camastro o suelo en la posición\r\nde tendido, sobre
el muslo, en la posición de rodillas o sobre el\r\nbanco en la posición
de pie. Los movimientos de los brazos, de la\r\ncabeza y del cuerpo
serán repetidos cada vez con la misma exactitud.\r\nLo mismo se ha de
decir de todos los movimientos para llevar el arma a\r\nla linea de tiro
(es conveniente el hacerlo de abajo a arriba; sin\r\nembargo, la
dirección es menos importante que la necesidad de\r\naproximar-se
despacio a la visual y siempre en el mismo sentido). Una\r\nvez el arma
colocada en dirección del blanco, el tirador se dedicara a\r\ncontrolar
los diferentes puntos que le indican una posición correcta y\r\nsi se
puede empezar a tirar: ¿La correa porta-armas estará\r\nsuficientemente
tensa? ¿El peso del cuerpo esta razonablemente\r\nrepartido sobre
todos los puntos de apoyo? ¿Los músculos de los brazos\r\nestán
correctamente puestos a contribución? ¿La cabeza esta en su
lugar\r\nhabitual sobre la culata? Todos estos movimientos y controles
deben ser\r\nrepetidos hasta que el tirador se sienta a gusto, lo que
puede\r\ngeneralmente obtenerse, con un ligero enderezamiento de la
cabeza, un\r\ndesplazamiento del brazo o de un pie, o también por una
modificación\r\ndel reparto del peso del cuerpo. Pero el tirador jamas
deberá tener\r\nun disparo antes de que sienta que cada cosa está en
el sitio en que\r\ndebe estar, porque el éxito exige la perfección en
los detalles mas\r\níntimos.
Examinemos ahora el trabajo muscular
necesario para mantener\r\nel arma. Hasta el momento se había
recomendado el relajar los\r\nmúsculos al maximo y servirse del
conjunto óseo o esqueleto y de los\r\nligamentos para sostener el peso
del arma. Esta idea puede, sin\r\nembargo, conducir a una
interpretación errónea, porque muy pocos grupos\r\nmusculares son
puestos a contribución, ni siquiera pasivamente, antes\r\nde la salida
del disparo, tales como los de la espalda y los del
brazo\r\nizquierdo, en el tirador que tira con el brazo derecho, es
decir, no\r\nes zurdo. Es preciso añadir que un músculo jamás está
totalmente\r\nrelajado, sino solamente más o menos tenso.
La
experiencia demuestra\r\nque cuanto más relajado está un músculo, tanto
más grande es el\r\npeligro de un movimiento involuntario del arma,
porque puede\r\nreaccionar espontáneamente bajo el influjo nervioso
provocado por un\r\nruido, el retroceso del arma o la tensión de la
competición. Por lo\r\ntanto, es preferible mantener el sistema
muscular bajo una ligera\r\ntensión, a fin de disminuir el riesgo de
movimientos intempestivos.\r\nCiertos músculos, tales como los de las
piernas en posición de pie y de\r\nla espalda en posición de rodillas,
efectivamente deben estar\r\ncompletamente contraídos. En principio,
cada músculo debe acusar\r\nsiempre un cierto tono determinado por el
trabajo necesario para la\r\nestabilización del arma. Es preciso el
interrumpir la respiración\r\ndurante el tiro, pero es inútil el
llenar los pulmones a la mitad o a\r\nlas tres cuartas partes de su
capacidad, porque tendrá que ejecutar un\r\nesfuerzo suplementario para
expulsar el aire viciado. Respirando\r\nnormalmente, el tirador
observara que este movimiento se detiene de\r\nforma natural en un
momento dado, que elegirá justamente para retener\r\nsu aliento. En
este estado de reposo, los pulmones contienen aun\r\nsuficientemente
aire fresco, para la duración de la salida del\r\ndisparo.
Es
esencial que el tirador tenga una tensión muscular\r\nconstante desde el
momento en que retiene su aliento hasta la salida\r\ndel disparo. Él
prepara así su sistema nervioso para combatir todo\r\ninflujo
nervioso\r\nnefasto a la inmovilidad de su arma. Con unos reflejos
condicionados\r\ny un entrenamiento intenso, estos movimientos, mil
veces repetidos,\r\nalcanzaran un hábito implantado en el subconsciente
y el tirador no\r\nse dará cuenta más que en el momento en que uno de
los elementos\r\nfalle. Una vez el arma puesta en posición, el tirador
no piensa más y\r\nse encuentra sobre el momento en que, después de
haber retenido su\r\naliento, el punto de mira se encuentra a punto para
apretar el\r\ndisparador. Para obtener un 10 con gran probabilidad,
también el ojo\r\ndebe percibir bien la línea ideal de mira con las
correcciones\r\nrelativas al punto de impacto previsto. La puntería es
facilitada en\r\ngran manera por una posición correcta de la cabeza, la
utilización de\r\nun diópter adecuado y la aplicación de la técnica de
puntería más\r\nfavorable al ojo. Para beneficiar al máximo la
capacidad visual, es\r\npreciso tener en cuenta el desenvolvimiento de
las posiciones de\r\ntiro. Una vez alcanzado este objeto, el tirador
mantendrá por completo\r\nsu cabeza, en forma natural en buena posición,
ni hacia los lados ni\r\nhacia delante, sin fatiga para el ojo, como lo
es el caso del que mira\r\npor debajo de las cejas o por encima de la
nariz.\r\n
Sistema de puntería.
El próximo factor de la
puntería comprende el\r\nsistema de apuntar. El díópter es en esencia
un instrumento mecánico,\r\nque debe, sin embargo, ser extremadamente
preciso y constante y ser\r\nsuficiente para las muchas exigencias de
principal importancia. De tal\r\nforma es así,\r\nque el diópter deber
ser fácilmente movible, las correcciones en\r\naltura y en deriva
precisas y seguras. A cada muesca de sus mandos\r\ndebe corresponder un
efectivo desplazamiento de la mira, control que\r\npuede hacerse muy
fácilmente con una lupa. Así que el diópter que no\r\nobedezca al
desplazamiento de la muescas en los dos sentidos debe ser\r\nreparado
inmediatamente o tirado a la chatarra.
Además, el mando de\r\nderiva
debe encontrarse por el lado de la mano que acciona el\r\ndisparador,
lo que es esencial para efectuar las correcciones de
forma\r\ninmediata, como lo es en el caso de un cambio de dirección o
la fuerza\r\ndel viento. Lo estrecho de las muescas de corrección ha
dado ya lugar\r\na numerosas discusiones y controversias. Existen
diópteres que\r\npermiten una corrección de 1/8 de minuto angular por
muesca o clic,\r\npero en la practica el limite inferior no debería
sobrepasar 1/4 de\r\nminuto, porque las correcciones más pequeñas no
son casi\r\nperceptibles. Así, resulta que el tirador hace generalmente
unas\r\ncorrecciones en deriva insuficientes.
Numerosos aparatos
de puntería\r\nson construidos de tal forma que la mira se
encuentra\r\ndemasiado lejos de los puntos de fijación de aquéllos al
arma, lo que,\r\nen caso de que exista algún juego u holgura, multiplica
los errores que\r\nse produzcan. Con un control minucioso y periódico
de la fijación, este\r\nriesgo pueda ser prácticamente
eliminado.\r\nPor razones psicológicas idóneas a la puntería, el túnel
no debe\r\nsobrepasar ciertas dimensiones, a saber, alrededor de
15,875 mm. de\r\ndiámetro interior y alrededor de 22,225 mm. de
diámetro exterior.
El\r\ntirador se concentra principalmente sobre
lo que ve a través del\r\ntúnel, mientras que la zona comprendida entre
el borde exterior del\r\ntúnel y la abertura de la mira entra en el
dominio de la visión\r\nperiférica. Si la sección del túnel es
demasiado grande, el tirador\r\npercibe, ademas de sus elementos de
puntería, otros elementos\r\nsuperfluos propios para molestarle y
distraerle, sobre todo tirando a\r\n300 metros, donde pueden aparecer en
su campo visual varios blancos.\r\nBien claro está que tales factores
tienen una influencia negativa y\r\nnefasta sobre la\r\nconcentración y
la precisión de la puntería. La utilización de un túnel\r\ndemasiado
largo con el fin de disminuir los errores de puntería que\r\npuedan
producirse a causa de la visión entre el borde exterior del\r\ntúnel y
la abertura de la mira, es igualmente peligroso, porque impide\r\nver el
numero del blanco. La longitud del túnel debe ser tal que
sus\r\nextremos disten del punto de mira por lo menos 25,4 mm., con
objeto de\r\nproteger este último de la luminosidad indeseable que
pueda alterar\r\nla imagen a apuntar. Igualmente es muy práctico
proveer el túnel de un\r\nnivel, a fin de que el arma tenga siempre la
misma posición con\r\nrespecto a la horizontal, a condición, claro
está, de hacer el\r\ncontrol antes de la puntería propiamente
dicha.\r\n
Punto de mira anular o barra?
La elección de
la clase de punto de mira\r\nno es cuestión de preferencia personal,
porque tanto el punto de mira\r\nanular como el de barra tienen sus
ventajas y defectos que es\r\nnecesario tener en consideración. Así,
para una mala visibilidad, como\r\nla que\r\ngeneralmente se encuentra
en las galerías cerradas, con visera que\r\ndesciende muy baja, el
punto de mira anular es el más ventajoso, lo\r\nmismo que para una
puntería y un tiro rápido.
Ademas, el principiante\r\naprende más
fácilmente el uso del punto de mira anular que el de\r\nbarra. Las
dimensiones del punto de mira anular no deben ser ni\r\ndemasiado
pequeñas (nunca menos de 3,2 mm.) ni demasiado grandes\r\n(nunca mas de
4,2 mm.). Una abertura demasiado pequeña favorece los\r\nerrores de
puntería, porque el tirador no puede tomar perfectamente la\r\nvisual
mientras se concentra en la salida del disparo, sobre todo
en\r\nposición de tiro de pie. Un anillo demasiado grande es
igualmente\r\ndesfavorable, porque el tirador no puede en absoluto
discernir lo\r\nsuficientemente rápido si el blanco está bien en el
centro de la\r\nabertura del punto de mira.
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